miércoles, enero 19

La verdad apesta.

Eran las diez de la mañana. En la computadora sonaba una de mis canciones favoritas “.. But I'm a creep, I'm a weirdo”. Canción que escuche feliz hace algún tiempo. Canción, que me acompañó a tener uno de los peores días de su vida.

Viaje a Lima por unos días. Tenía que entregar los documentos para poder sacar de nuevo visa a España. Hace un año y medio, abandone todo y regrese a Perú sin ningún documento por el cual había viajado. No juramente, no saque tarjeta de residencia y ocasione que mi mamá no me llame por tres meses.

Decidí quedarme en su casa. Cuatro días. Eran los días perfectos para la unión fortalecedora que necesitábamos de alguna forma. El viaje fue un desastre. El primer día no pudimos quedarnos en su casa y tuvimos que quedarnos en un hotel. Peleamos. Le recordé que estaba recordando muy seguido que me saco la vuelta. Dormí. Miro televisión. Y así pasamos la noche.

Al día siguiente, fuimos a su casa. Dejamos las maletas. Una ducha rápida. Dejamos de tener malas caras. Nos cogimos de las manos. Nos sentíamos felices. Era lunes, el tenia clases pero no fue. Se quedo conmigo. Al Cabo de poco tiempo, discutimos de nuevo. Salí de su casa. Compre galletas. Regrese por mis cosas. Hablamos y ya éramos jodidamente felices de nuevo. Nos pusimos guapos y salimos un rato. Comimos buenazo. Pagó la cuenta. Caminamos casa y luego, dormimos un rato. Pasamos el día hablando, comiendo, mirando aquí no hay quien viva y una película que nos espanto, al menos a mí. Dormimos.

Martes. Tenía que irse a clases. Le pedí que se quedara o que me llevara. No podía quedarse y no podía llevarme. Prendió la computadora. Me puso mi serie favorita y se marcho. Sentí aburrimiento. Senti curiosidad. Y entonces, comenzó todo. Se puso en marcha la canción, esa que tanto me gustaba y de pronto me encontraba navegando en su computadora. Pasaba, pasaba carpertas, pasaba fotos. Me reia. Cerraba los ojos. Y luego, ya estaba muy metida, no pude evitar seguir. Es como cuando comienzas a correr, despacio luego mas rápido y ya, ya no puedes detenerte hasta… hasta que algo pase. Y algo pasó. Encontré lo que nunca hubiese querido encontrar. Conversaciones con uno de sus ridículos amigos. Con la chica puta, que creo que no era tan puta, con la que me saco la vuelta. Con una chica menor que yo, a la que afanaba intensamente, sin ningún remordimiento. Y paré. No quise saber mas. Ya había llegado muy lejos. Mi curiosidad, me mató. Me cague de risa, de nervios creo. Quería desahuevarme sola, quería salir de donde estaba. Me conecte a facebook, hable con carito y me dijo “ándate huevona, ándate”. Le escribí en su wall que la extrañaba, que quería regresar. El, desde su ipod lo leyó. Me escribió a mi wall el comentario y no recuerdo que otra cosa mas. Le conteste diciendo que no era para quedarme sola en su casa, la curiosidad es fuerte o una tontería así (jaja que imbécil se puede llegar a ser). Su respuesta fue patética: por algo pasan las cosas. Sin sarcasmo, sonreí. Apague mi nextel. Hable con Nelly. Cogí mi maleta y apurada me fui. No quería que él me encuentre, sabía que regresaría pronto, mas pronto de lo habitual. Pensaba en la canción de Pink, la que me gusta tanto “dadada”. Pensaba en que a veces ver la mierda solamente te hace mierda. No quería saber nada de nadie y me fui.

Después de tiempo, me acordaba de cosas. Como cuando sospeche en algún momento que había un ser extraño invadiendo algo. Sexo, quizá. Y si. Era cierto. No me estaba equivocando, pese a que me llamaran desconfiada a morir. Pese a que muchas veces me dijeron que estaba loca, que siempre desconfiaba de las personas. Yo sabía, que no estaba equivocando cuando escuchaba esas llamadas, extrañas, que por msn eran tan exclusivas y obvias. Pero no, eran amigos. Que drama. Los mensajes. Las mentiras. Todo, absolutamente todo se mesclaba. Y era una bola gigante que me había aplastado de golpe.

Nadie es completamente perfecto. Nadie dice la verdad. Todos, absolutamente todos, estamos diseñados para mentir alguna vez. Estamos hechos para hacer daño. Para embarrarnos unos con otros. Para alborotarnos. Para juzgarnos. Y la confianza es una verdadera mierda porque todos hablan a medias, incluyéndome a mi.

Es por eso que el amor es una cuestión realmente complicada, cuando estas con la persona equivocada. Ahora no me equivoco, tomo una coca cola y escribo. Rompiendo el teclado con los dedos. Esperando que en algun momento, llegue algo mucho mejor.

sábado, enero 8

Filosofía

Siempre que termino de ver las noticas me termino sintiendo así, frustrada, impotente, cansada, agobiada, triste, con cólera y a veces feliz por alguna u otra cosa. Si no violaron, mataron. Si no mataron, robaron. Si no robaron, pagaron. Si no pagaron, secuestraron. Si no secuestraron, extorsionaron. Y así, podría seguir todo un día. Lo que asusta es que antes era una que otra noticia de alguna conducta delictiva pero ahora todos los reportajes y noticias traen de por si injusticia, arbitrariedad, temores, muertes…

Muertes. Hablamos de la muerte como algo que nunca nos fuera ocurrir, visión lejana, futurista. Aludimos a los “muertos” como una especie fantasiosa, inexistentes, ya no están más. Los aludimos como un genero extraño, los vemos como el grupo al que ordinariamente van perteneciendo muchos sin pensar que podemos estar en ese paquetón que se lleva la otra cara de la vida todos los días, en todo momento.

En mis ratos de filosofía momentánea comencé a darme cuenta que todas las personas estamos viendo la vida de una forma distinta, estamos perdiendo su esencia, nos estamos desencaminando, nos estamos quedando dormidos antes de tiempo.

La vida, la vida gloriosa, la vida penosa, como sea pero es la vida. Una realidad, un momento conformado por años, meses, días o quizá horas. La vida es un cuento, un relato, una transición, un instante, un respiro o quizá dos. La vida si es mía y tu vida si es tuya. La vida es de nosotros, vivimos en la misma casa, pertenecemos a un mismo origen. Todos, absolutamente todos.

Pienso pues, que la vida es una realidad como fuera, bonita o fea, rica o pobre, feliz o triste. No dejará de ser la vida, no dejara de ser la esencia de nuestra existencia. No dejará de serlo.

El que estemos aquí es algo misterioso, algo increíble, algo inexplicable. Cada uno aporta sus creencias, la fe que tiene dependiendo de donde proviene. Yo si pienso que estamos aquí por cuestiones de Dios, pienso que él nos mando y seguiré pensando que hay algo mas en todo esto. Algo que no podemos descifrar porque estamos ocupados en la lucha constante entre nosotros mismos, en nuestra propia destrucción. Algo que no podremos explicar por estar acabando con nuestra existencia cuando ni siquiera descubrimos el motivo o la esencia de la misma. Y nos importa un carajo, se sigue mintiendo, robando, matando, secuestrando, violando, etc, etc etc.

Me molesta, me fastidia, me enoja pensar que las generaciones que vienen al mundo tienen que vivir lo que nosotros dejamos. Tienen que reparar nuestros errores, tienen que surgir de nuevo o en el peor e los casos, volver a comenzar.. Si, es verdad. Más aun en civilizaciones como las nuestra que cuando avanzamos un paso hacemos como el caracol, retrocedemos dos.

Y me parece algo estúpido por no comenzar a concientizarnos de que estamos acá y punto. Que esta es nuestra realidad, nadie nos pregunto si queríamos venir o no al mundo, nadie nos dijo en qué país queríamos nacer, nadie nos dijo que nacionalidad queríamos tener, nadie nos pregunto si queríamos carne o pescado, nadie nos dio opción a elegir… solo vinimos y estamos aquí, mas separados que juntos al parecer.

Y estamos aquí, ocupando un lugar en lo que nosotros llamamos “tierra”. Llegamos por el motivo que fuese, pero aquí estamos. Aquí estoy yo escribiendo, allá estas tu leyendo. Otro trabajando, otro comiendo, otro riendo, otro llorando, otro muriendo, otro naciendo. Y así, pasan las cosas de ser percibidas, dejamos de tomar importancia a lo valioso que es, a la oportunidad que tenemos.

Hoy, cuando me desperté me di cuenta que la vida es corta, que los momentos se achican o se agrandan dependiendo de nuestro deseo, de nuestras ganas. Me di cuenta que debo aprovechar cada segundo, cada minuto, cada instante porque no se volverá a repetir. Algún día dejaré de existir y no puedo seguir viviendo como si esto durara para siempre. Debo buscar la inclinación más pasional, mi opción más interesante, el sentimiento más profundo y ponerlo en marcha.