Eran las diez de la mañana. En la computadora sonaba una de mis canciones favoritas “.. But I'm a creep, I'm a weirdo”. Canción que escuche feliz hace algún tiempo. Canción, que me acompañó a tener uno de los peores días de su vida.
Viaje a Lima por unos días. Tenía que entregar los documentos para poder sacar de nuevo visa a España. Hace un año y medio, abandone todo y regrese a Perú sin ningún documento por el cual había viajado. No juramente, no saque tarjeta de residencia y ocasione que mi mamá no me llame por tres meses.
Decidí quedarme en su casa. Cuatro días. Eran los días perfectos para la unión fortalecedora que necesitábamos de alguna forma. El viaje fue un desastre. El primer día no pudimos quedarnos en su casa y tuvimos que quedarnos en un hotel. Peleamos. Le recordé que estaba recordando muy seguido que me saco la vuelta. Dormí. Miro televisión. Y así pasamos la noche.
Al día siguiente, fuimos a su casa. Dejamos las maletas. Una ducha rápida. Dejamos de tener malas caras. Nos cogimos de las manos. Nos sentíamos felices. Era lunes, el tenia clases pero no fue. Se quedo conmigo. Al Cabo de poco tiempo, discutimos de nuevo. Salí de su casa. Compre galletas. Regrese por mis cosas. Hablamos y ya éramos jodidamente felices de nuevo. Nos pusimos guapos y salimos un rato. Comimos buenazo. Pagó la cuenta. Caminamos casa y luego, dormimos un rato. Pasamos el día hablando, comiendo, mirando aquí no hay quien viva y una película que nos espanto, al menos a mí. Dormimos.
Martes. Tenía que irse a clases. Le pedí que se quedara o que me llevara. No podía quedarse y no podía llevarme. Prendió la computadora. Me puso mi serie favorita y se marcho. Sentí aburrimiento. Senti curiosidad. Y entonces, comenzó todo. Se puso en marcha la canción, esa que tanto me gustaba y de pronto me encontraba navegando en su computadora. Pasaba, pasaba carpertas, pasaba fotos. Me reia. Cerraba los ojos. Y luego, ya estaba muy metida, no pude evitar seguir. Es como cuando comienzas a correr, despacio luego mas rápido y ya, ya no puedes detenerte hasta… hasta que algo pase. Y algo pasó. Encontré lo que nunca hubiese querido encontrar. Conversaciones con uno de sus ridículos amigos. Con la chica puta, que creo que no era tan puta, con la que me saco la vuelta. Con una chica menor que yo, a la que afanaba intensamente, sin ningún remordimiento. Y paré. No quise saber mas. Ya había llegado muy lejos. Mi curiosidad, me mató. Me cague de risa, de nervios creo. Quería desahuevarme sola, quería salir de donde estaba. Me conecte a facebook, hable con carito y me dijo “ándate huevona, ándate”. Le escribí en su wall que la extrañaba, que quería regresar. El, desde su ipod lo leyó. Me escribió a mi wall el comentario y no recuerdo que otra cosa mas. Le conteste diciendo que no era para quedarme sola en su casa, la curiosidad es fuerte o una tontería así (jaja que imbécil se puede llegar a ser). Su respuesta fue patética: por algo pasan las cosas. Sin sarcasmo, sonreí. Apague mi nextel. Hable con Nelly. Cogí mi maleta y apurada me fui. No quería que él me encuentre, sabía que regresaría pronto, mas pronto de lo habitual. Pensaba en la canción de Pink, la que me gusta tanto “dadada”. Pensaba en que a veces ver la mierda solamente te hace mierda. No quería saber nada de nadie y me fui.
Después de tiempo, me acordaba de cosas. Como cuando sospeche en algún momento que había un ser extraño invadiendo algo. Sexo, quizá. Y si. Era cierto. No me estaba equivocando, pese a que me llamaran desconfiada a morir. Pese a que muchas veces me dijeron que estaba loca, que siempre desconfiaba de las personas. Yo sabía, que no estaba equivocando cuando escuchaba esas llamadas, extrañas, que por msn eran tan exclusivas y obvias. Pero no, eran amigos. Que drama. Los mensajes. Las mentiras. Todo, absolutamente todo se mesclaba. Y era una bola gigante que me había aplastado de golpe.
Nadie es completamente perfecto. Nadie dice la verdad. Todos, absolutamente todos, estamos diseñados para mentir alguna vez. Estamos hechos para hacer daño. Para embarrarnos unos con otros. Para alborotarnos. Para juzgarnos. Y la confianza es una verdadera mierda porque todos hablan a medias, incluyéndome a mi.
Es por eso que el amor es una cuestión realmente complicada, cuando estas con la persona equivocada. Ahora no me equivoco, tomo una coca cola y escribo. Rompiendo el teclado con los dedos. Esperando que en algun momento, llegue algo mucho mejor.